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La entidad ha invertido más de 35.000 millones de euros en Latinoamérica, sobre todo desde los años 90, y obtiene allí cerca de la mitad de sus resultados.

Ana Botín, presidenta de Banco Santander, ha destacado la fortaleza para afrontar la crisis que presenta Latinoamérica, donde la entidad comenzó su expansión internacional hace 75 años. Abrió su primera oficina de representación en La Habana en 1947, a la que le siguieron otras de Argentina y México. Santander ha invertido más de 35.000 millones de euros en la región, sobre todo desde los años 90, y cuenta actualmente con activos por valor de 415.000 millones de euros en siete países, donde obtuvo un 42% de sus resultados en los primeros nueve meses de este año.

“Elegimos Latinoamérica para iniciar nuestra expansión internacional. Entonces creímos en sus fortalezas y en su capacidad de crecimiento, como lo seguimos haciendo hoy”, ha dicho Ana Botín para resaltar la gran oportunidad de negocio que representa la región en un encuentro con periodistas latinoamericanos que se han desplazado a Madrid.

Botín ha recordado los vaivenes macro que sacudieron la región en las últimas décadas para explicar por qué no le asusta la volatilidad actual. “Latinoamérica está mejor preparada de lo que se piensa. Existe un margen macroeconómico para hacer frente a lo que viene, los sistemas bancarios están mucho mejor capitalizados y están mucho mejor regulados y vigilados”. A modo de ejemplo, añadió: “Según el FMI, el crecimiento de Brasil y México están por encima del esperado en Estados Unidos, y la inflación esperada para final del año próximo en ambos países (por debajo del 5%) es menor que la de Alemania”. Esa buena evolución de la inflación está respaldada por la respuesta temprana de bancos centrales latinoamericanos.

La presidenta de Santander ha valorado las mejoras de inclusión financiera de la región gracias a la digitalización: tanto las tarjetas de débito (1.800 millones tras duplicarse en algo más de una década) como “los métodos más innovadores, como los QR o los pagos en tiempo real, están ‘volando’ en la región”, donde un 70% de la población cuenta con móvil conectado a internet. “La posibilidad de hacer pagos digitales revoluciona el comercio minorista, una actividad que emplea a un inmenso porcentaje de latinoamericanos”, ha concluido.

Botín ha dicho que la prioridad en Latinoamérica ahora es el “crecimiento inclusivo y sostenible”. “Tiene los activos y el talento necesario para navegar tiempos difíciles e inciertos y por eso reafirmamos una vez más nuestra apuesta por la región”. Recordó que el consejero delegado de Santander a partir de 2023, Héctor Grisi, procede de México, desde donde ha dirigido un tercio del negocio del grupo como responsable de Norteamérica: “Nos llena de orgullo que un banco internacional que tiene a Latinoamérica en su ADN cuente a partir de enero con un latinoamericano en un rol tan crítico y relevante. Yo creo en la región y creo en su gente”, ha afirmado.

La entidad en Latinoamérica da servicio a casi 90 millones de clientes (de los 159 millones que tiene el grupo en el mundo), principalmente en Brasil, México, Chile, Argentina y Uruguay. Además, en la región trabajan algo más de la mitad de los 200.000 empleados del grupo. En los últimos años, Santander ha transformado sus franquicias y ha consolidado al grupo como el banco líder en Latinoamérica.

Santander se fundó en 1857 como un banco abierto al exterior, inicialmente ligado al comercio entre el puerto de la ciudad de Santander y Latinoamérica. Hasta 1995, la presencia del banco en la región era limitada y la banca estadounidense tenía mucha mayor presencia. A partir de entonces, Santander comenzó un segundo periodo de intensa expansión en la región que le permitió desarrollar el negocio en Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú, al tiempo que dio un nuevo impulso a negocios ya existentes en Chile, Puerto Rico y Uruguay.

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