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La apuesta de la empresa española por Latinoamérica

Latinoamérica ha sido y es un mercado natural para las empresas e inversiones españolas, pero también es un mercado complejo dado el desarrollo económico heterogéneo de los países que forman esta basta y variopinta región. Sea por factores exógenos derivados de la coyuntura internacional o por causas endógenas nunca resueltas, el panorama económico del llamado subcontinente americano es difícil.  

No obstante, la inversión española alcanza en la actualidad los 150.000 millones de euros, de los que casi la mitad corresponde a México y otros 45.000 millones los acapara Brasil, los dos gigantes de la región. Otros destinos importantes son Chile y Argentina, mientras que Perú y Colombia se muestran como tendencias al alza. Dependiendo de los países, las inversiones españolas están muy divididas, aunque la mayor parte de los recursos se focalizan en el sector servicios.  

A las incertidumbres derivadas del posible debilitamiento de la economía, se añade la inestabilidad política y social con algunos estallidos de violencia en Ecuador, Colombia o Chile acaecidos en los últimos años, que han evidenciado algunos de los efectos sociales del bajo crecimiento de la región. Ahora también hay que sumar ciertas cautelas políticas derivadas del avance de las fuerzas del denominado ‘nuevo progresismo’.

Más del 77% de las empresas españolas aumentarán su presencia en la región, a pesar del estancamiento económico y las cautelas políticas.

Estas inquietudes son, sin embargo, relativas ya que el 77% de las empresas españolas piensan aumentar sus inversiones en Latinoamérica en 2022, según las conclusiones del informe ‘2022: Panorama de la inversión española en Iberoamérica’, realizado por IE University y dirigido por el profesor Juan Carlos Martínez Lázaro. Un porcentaje superior al registrado en el informe de 2020 (+65%).  

 Más datos. “Solo el 20% apuesta por mantener sus inversiones y apenas el 3% las reducirá. Los porcentajes referidos a las pymes también son muy similares: el 79% aumentará sus inversiones y el 18% las mantendrá”, precisa Martínez Lázaro.  

Un ejemplo de esta tendencia es Palacio de Oriente, donde valoran positivamente su presencia en Latinoamérica “en general nos va muy bien, pero es una región complicada. Actualmente vendemos en México, Guatemala, Panamá, Costa Rica, Colombia, Bolivia, Perú y Uruguay”, según comenta Javier Martín Alonso, director de exportación de la conservera Palacio de Oriente.  Aunque expresa sus quejas sobre Brasil: “Históricamente es un país muy proteccionista, a nivel regulatorio es un infierno, los grandes jugadores del mundo de la conserva optan por fabricar localmente”. 

La empresa conservera factura “cerca del millón de euros en exportaciones a Latinoamérica”, precisa Martín Alonso, quien señala su apuesta “por mejorar principalmente en México, pero también Panamá y Costa Rica. Del resto de países es muy complicado hablar ahora mismo”, comenta.  

Brasil, sin embargo, es la gran apuesta de empresas como Estrella Galicia. La cervecera abrirá su segunda fábrica fuera de España en el municipio de Araraquara en el estado de Sao Paulo, un proyecto en el que invertirá 300 millones de euros en dos fases en su construcción con el objetivo de instalar una capacidad productiva a medio plazo de 300 millones de litros de cerveza anuales, a ejecutar en también dos fases de 150 millones de litros cada una. 

Además de las fábricas de México y la próxima de Brasil, Estrella Galicia vende a Uruguay, Paraguay, Argentina, Bolivia, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile México, República Dominicana, Cuba, Panamá, Costa Rica, Guatemala, Honduras, según señalan desde la compañía. 

“La puesta en marcha de nuestra fábrica en Brasil es un sueño hecho realidad y un hito histórico para nuestra compañía que esperamos que impulse de forma decisiva nuestro desarrollo futuro en América”, según comenta Ignacio Rivera, consejero delegado de la Corporación Hijos de Rivera, propietaria de Estrella Galicia. El centro productivo creará 400 puestos de trabajo y será inaugurado en 2023.  

La empresa gallega ya cuenta con una filial en la región, Cervezas Estrella Galicia México, una importadora y distribuidora propia de sus productos en el país “como palanca para impulsar el desarrollo de nuestro negocio en una zona con un enorme potencial de crecimiento para nuestras marcas, desde las cervezas Estrella Galicia o 1906, hasta las aguas minerales Cabreiroá o las sidras Maeloc”, afirman desde la compañía.  

Inquietud y compromiso 

La izquierda ha vuelto a recuperar el poder en las urnas en países clave como Chile, Perú, Colombia y Brasil con una reñida victoria en segunda vuelta entre el histórico líder Lula Da Silva y el ultraderechista Jair Bolsonaro, que deja un país más empobrecido y violento con 11 millones de brasileños en paro y otros 33 millones en condiciones de hambre, un 7,2% más que 2020, según datos de Naciones Unidas.   

Por su parte, la patronal CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) se mostraba recientemente expectante y algo preocupada sobre las políticas económicas que va a aplicar Gustavo Petro en Colombia. España es el primer inversor europeo en este país y segundo mundial tras Estados Unidos. Colombia, donde las empresas españolas tienen muchos intereses es, además, uno de los pocos países latinoamericanos que mejoran sus previsiones de crecimiento. 

“Para las empresas con implantación productiva o con fuerte inversión local”, la incertidumbre generada por la victoria de la izquierda en muchos países “podría suponer un momento de cierta incertidumbre, pero para las empresas exportadoras a los mercados latinoamericanos no creemos que suponga un gran cambio. Sean gobiernos de izquierda o de derecha, sus economías dependen en gran medida de las explotaciones de materias primas, por lo que la demanda se mantendrá bastante estable. Seguramente el crecimiento de su economía, al menos a corto plazo, depende más de cuestiones de geopolítica y economía internacional que de factores políticos locales”, explica el director general de EGA Master, Aner Garmendia. 

Las exportaciones de EGA Master a Latinoamérica “superarán este año los 2 millones de euros, lo que supone alrededor de un 10% de nuestras ventas globales al exterior”, señala Garmendia y en cuanto a sus previsiones de crecimiento adelanta que “esperamos duplicar las ventas en Sudamérica hasta superar los 3 millones de euros en 2023. En el caso de México, la cifra dependerá del nivel de inversión de las compañías estadounidenses que están buscando alternativas a proveedores chinos”. 

Otra muestra de la vinculación de esta empresa de herramienta industrial con la región lo constituye que, al inicio de la pandemia, EGA Master abrió una oficina comercial en Perú “para poder atender a todo el continente sudamericano desde allí”. 

A tenor de los datos del informe “en nuestra opinión, el compromiso de la empresa española por invertir allí es fuerte y va más allá de incertidumbres puntuales o de la coyuntura económica”, apunta el director del informe del IE. 

En esta línea se pronuncia también Garmendia de EGA Master “llevamos más de treinta años exportando a Latinoamérica. Como fabricantes de herramienta premium para uso industrial nuestros principales mercados son aquellos países que cuentan con industria de petróleo, gas o minería consolidada como Perú, Chile, Ecuador o Colombia o industria aeroespacial y automotriz como México. Entre nuestros usuarios finales figuran empresas como GM, Volkswagen, Petroecuador o Southern Copper”. Para este directivo “los países más complicados en este momento son Venezuela, por su situación económica y política, así como Brasil y Argentina por su proteccionismo y fiscalidad”. 

La falta de tracción económica en la región derivada de cierto debilitamiento en el ritmo de crecimiento se explica también por “el fuerte aumento de las tasas de inflación y en consecuencia el endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales y por un clima social y político muy complicado”, según aprecia el informe de IE University. 

 Superando las dificultades 

México, Perú, Brasil, Chile, Colombia y República Dominicana son los principales destinos del flujo español.

A pesar de todos estos reveses e incertidumbres “según nuestros datos, hemos detectado que hay mucho interés entre las empresas españolas en aumentar sus inversiones en esta región este año. El destino principal es México, pero también Perú -que entra este año en la lista de favoritos-; además de Brasil, Chile, Colombia y República Dominicana”, explica Martínez Lázaro del IE. Todos ellos con nuevos gobiernos progresistas. 

México “es el país donde más empresas españolas hay y, por tanto, también donde las inversiones serán más cuantiosas”, añade el profesor del IE. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, muy cuestionado en su país, precisamente tiene un discurso muy crítico y nacionalista contra las empresas e intereses económicos españoles en el país norteamericano, que hay que entender más en clave de consumo doméstico, para tapar sus cuestionadas y erráticas políticas que a una aversión real hacia los negocios españoles. 

 Ante este previsto aumento de las inversiones, a las empresas españolas no se les escapa tampoco que la situación económica en Latinoamérica no es buena, de hecho, “más del 51% considera que no es muy positiva”, precisa Martínez Lázaro. 

Colombia, México, Brasil y Chile acaparan las preocupaciones e incertidumbres de los empresarios.

Colombia, Chile, Brasil y México están en el marco de las preocupaciones de los empresarios españoles, a la espera de si los nuevos gobiernos, en el caso de los tres primeros optan o no por políticas de corte populista, y en el caso de México por su inestabilidad política.  

 Una característica de Latinoamérica que se repite año a año es que la recuperación económica varía mucho de país a país y de año a año. En 2022 es “Panamá quien ofrece mejores perspectivas de recuperación, en parte, se explica por la recuperación del tráfico marítimo en el Canal; Costa Rica por la recuperación del turismo, y la República Dominicana también están bien posicionados; mientras que la situación económica de grandes países como México, Chile o Brasil no se ve con optimismo”, destaca el director del informe del IE. 

 Los peores situados en el ranking de la recuperación son “los de siempre: Venezuela, Cuba, Argentina y Nicaragua con una situación terrible. En Venezuela, en concreto, cada vez quedan menos empresas españolas y tampoco tienen planes de invertir más allí, por la inestabilidad”, añade Martínez Lázaro (IE). 

 Brasil, el otro gigante del subcontinente junto con México, genera alguna incertidumbre por muchas razones. “Es extremadamente difícil competir contra las marcas locales porque los muy burocráticos y costosísimos procesos de importación sitúan a las compañías extranjeras en franca desventaja; los aranceles e impuestos a los productos extranjeros son enormes. Argentina también es un país complicado por las trabas que tienen los importadores para conseguir sus permisos de importación y efectuar pagos en divisas. El resto de los mercados, al no contar con productores locales, son mucho más abiertos y sencillos”, relata Garmendia de EGA Master. 

 Otra de las dificultades con que se encuentran las empresas es “el cambio de las legislaciones”, apunta Martín Alonso de Palacio de Oriente y añade que “a grandes rasgos la distribución es similar en todos los países, a nivel negocio todos hablamos el mismo idioma. Nuestros interlocutores son gente formada, por supuesto hay ciertas diferencias culturales, por ejemplo, la gestión de los tiempos, ¡me desespera!, pero por desgracia nuestro mayor problema está en el poder adquisitivo”. 

 El nuevo panorama político generado por las victorias progresistas no parece suponer un cambio en el modelo económico en el que vienen operando las empresas españolas ya que la orientación política está lejos del socialismo o del comunismo, según algunos expertos. Más bien la incertidumbre viene derivada por las previsiones de crecimiento en Latinoamérica que los organismos internacionales ven más débiles debido a la posible ralentización o recesión que puede afectar a la economía mundial.  

 Brasil en el ojo del huracán 

A pesar de las reticencias que ha suscitado la victoria de Lula, Martínez Lázaro del IE recuerda que, en su primer mandato, iniciado en 2003, “Lula rompió axiomas en la forma de gobernar de la izquierda latinoamericana, aplicó el sentido común y apostó por una estabilidad macroeconómica muy importante, monetaria y fiscal; logró que la economía creciera y sacó a 40 millones de brasileños de la pobreza”. 

 Su mandato coincidió con un ciclo de “auge de las materias primas, que favoreció a la región, pero, aún con buen viento de cola, hay que saber llevar la nave y Lula lo hizo muy bien. Lo importante es que, aunque cambien los gobiernos no cambien las reglas del juego y ahuyenten la inversión extranjera; el populismo lo abrazan tanto líderes de izquierda como de derecha”, añade. 

 Crecimiento comprometido 

En este panorama complejo y desigual agravado también por la pandemia, el parón del comercio internacional, la apreciación del dólar, el tipo de cambio, el endurecimiento de las condiciones financieras globales, la crisis energética y otras consecuencias de la guerra de Ucrania, el repunte económico de Latinoamérica “se ve muy comprometido”, avisa la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas).  

 En su último informe económico, este organismo alertaba de un débil crecimiento medio en la región de solo el 2,7% frente al robusto 6,9% registrado en 2021 y rebajaba “las grises proyecciones de expansión para las subregiones en el año en curso: América del Sur, 2,6% frente al 6,9% de 2021; el grupo formado por Centroamérica y México, 2,5% en comparación con un 5,7% del año anterior; y el Caribe —la única subregión que crecerá más que en 2021— un 4,7%, sin incluir Guyana, con respecto al 4,0% del año pasado”. 

 CEPAL aclara e insiste que estos pronósticos son promedios que “esconden muchas realidades nacionales y recordó la alta heterogeneidad de los países de la región”. Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) tampoco son más halagüeñas con una previsión de crecimiento para Latinoamérica del 2,4% para este año. 

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