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Entrevista a Fernando Salazar, consejero jefe de la Oficina Económica y Comercial de España en Brasilia

¿Diría que Brasil sigue siendo un mercado de oportunidad para las empresas españolas?

Sí, claro que lo es, aunque con las debidas cautelas. Brasil es un gran mercado, con 200 millones de habitantes y cerca del 40% del PIB de Iberoamérica, que presenta oportunidades en numerosas áreas, desde productos de consumo de calidad a infraestructuras o energía, pasando por servicios de todo tipo. Pero también es cierto que su economía ya no crece a los ritmos de antes, cuando ocurrió la explosión de demanda y precios de las materias primas que exporta Brasil. De hecho, en 2014 la economía brasileña está técnicamente en recesión, tras dos trimestres de crecimiento negativo del PIB, y se prevé un crecimiento del entorno del 0,3% a final de año, una cifra muy baja para un país emergente. En conclusión, en Brasil siguen existiendo muchas oportunidades, que merece la pena aprovechar, pero ya pasó aquella época del boom económico, lo que obliga a ser más cauteloso.

¿A qué retos enfrenta Brasil en se esta nueva etapa que se abre tras las elecciones?

Brasil es un gran país en muchísimos sentidos, con una superficie enorme (el quinto país más extenso del planeta), un gran mercado interno (no en vano es la séptima economía del mundo), unos recursos naturales privilegiados, una buena base industrial y una población extraordinaria, con un nivel de renta creciente y cada vez más cualificada. Pero el país también presenta importantes carencias estructurales en áreas clave para su desempeño económico (falta de infraestructuras o exceso de burocracia por citar sólo dos ejemplos) que el Gobierno brasileño está corrigiendo y que el nuevo Gobierno precisa seguir corrigiendo. Como también es necesario incrementar el grado de integración de la economía brasileña  en las corrientes de comercio internacional de bienes y servicios, siendo un elemento clave en este aspecto el impulso que todos deseamos a un acuerdo entre la UE y Mercosur. En el ámbito estrictamente macroeconómico, la situación actual de convivencia de una elevada inflación (del 6,75% en septiembre) con un bajo crecimiento económico, crea una situación de estanflación (estancamiento con inflación) que presenta notables dificultades a la política económica. El Gobierno debe luchar simultáneamente contra dos problemas, en buena medida contrapuestos. La tarea que espera al nuevo gobierno no es precisamente pequeña, pero seguramente se superará la situación actual, con las políticas adecuadas y con una mejoría del contexto internacional. El país tiene potencial para ello, y para mucho más.

¿En qué sectores cree que hay mejores oportunidades para las empresas españolas en el mercado brasileño?

Es difícil generalizar. Realmente depende de la visión, voluntad y capacidad competitiva de cada empresa. Muchas veces nos sorprendemos de ver a empresas españolas operando con éxito en sectores donde a priori no pensábamos que existían oportunidades. Además, en Brasil hay que diferenciar claramente entre oportunidades de exportación y de inversión, ya que en muchos sectores es necesario, o al menos recomendable, tener presencia estable en el mercado. Para exportación,  detectamos oportunidades en productos de consumo de alta gama, en agroalimentarios de calidad, como el aceite de oliva o el vino, o productos como jamón, embutidos o quesos, aunque en este caso su tramitación administrativa es muy compleja, un tema en el que la Oficina Económica y Comercial en Brasilia apoya a muchas empresas españolas y en el que estamos a su disposición. Hay oportunidades de exportación de maquinaria y equipamientos de todo tipo, para la industria, el sector agropecuario, infraestructuras, energía, medioambiental, etc. siempre que tenga un diferencial tecnológico con el producto de fabricación nacional y se cumplan las normas habituales sobre contenido local. Algunos productos siderúrgicos que no se producen localmente tienen fuerte demanda, como los raíles de ferrocarril. Brasil es una potencia automovilística, siendo el cuarto consumidor mundial de vehículos y quinto fabricante, lo que genera múltiples oportunidades para nuestras empresas. No obstante, este sector está atravesando por una seria crisis y las últimas medidas de protección de la industria nacional y la atonía del consumo afectan negativamente a nuestras exportaciones. El impulso a la enseñanza del español, tras la Ley de 2005 que obliga a que los centros de enseñanza secundaria oferten lengua española, lo que constituye una oportunidad, entre otros, para el sector editorial español, aunque es preciso reconocer que se está aplicando con mayor lentitud de la deseable. Incluso hay oportunidades en sectores como la industria cinematográfica, donde acabamos de co-organizar en Sao Paulo un encuentro entre productores brasileños y españoles. En todo caso, la débil situación económica actual del país está afectando seriamente a nuestras exportaciones, que están cayendo en 2014 al 15,5% (en el período enero-agosto, últimos datos disponibles), con la excepción del sector agroalimentario, que está creciendo al 12%, impulsado por las ventas de frutas y verduras.

Comercio exterior España-Brasil (datos en millones de euros, datos 2014 enero-agosto)

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Fuente: Oficina Económica y Comercial de España en Brasilia con datos de Datacomex

Evolución y desglose sectorial de las exportaciones españolas a Brasil

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Fuente: Oficina Económica y Comercial de España en Brasilia con datos de Datacomex

Si Brasil es un mercado importante para España, lo es sobre todo en el ámbito de la inversión. Es nuestro segundo destino mundial de inversión. Somos el segundo inversor extranjero, siendo solo superados por EE.UU. y con un stock de inversiones en 2012 de 56.700 millones de euros. Brasil es un mercado de enormes oportunidades para la inversión empresarial, por una combinación de factores entre los que se encuentran las carencias que aún presenta el país, su enorme potencial de crecimiento y el tamaño de su mercado. La implantación productiva puede constituir una forma de evitar las importantes barreras al comercio. Además, la exigencia de elevados índices de nacionalización en muchos productos (para obtener financiación del BNDES o para suministrar a grandes clientes públicos, como PETROBRAS) implica la necesidad de establecerse en el país. Sin ánimo exhaustivo, pueden citarse importantes oportunidades de inversión en infraestructuras de transporte, con grandes concursos de concesión previstos a corto plazo, incluido el posible resurgimiento del tren de alta velocidad entre Sao Paulo y Rio de Janeiro, en energía, en especial líneas de transmisión y energías renovables, en saneamiento básico y reciclaje de residuos, en biocombustibles, en turismo, y un largo etcétera.

 Inversiones extranjeras directas en Brasil (stock en 2012; datos en millones de dólares)

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Fuente: Oficina Económica y Comercial de España en Brasilia con datos del Banco Central de Brasil

¿Qué recomendaciones debería tener en cuenta una empresa que busca penetrar y tener éxito en el mercado brasileño?

En las Oficinas Económicas y Comerciales tenemos una práctica, que es la de elaborar un documento denominado “Los 10 Consejos del Consejero”, que vienen a resumir esas recomendaciones. En el  caso de Brasil, incluso están plasmadas en un video que ha editado ICEX y que se puede ver desde cualquier dispositivo móvil bajándose la aplicación ”ICEX Aula Virtual”. En resumen vienen a decir que no hay que asimilar Brasil al resto de Iberoamérica, ya que es un país muy diferente, por tamaño, historia, grado de desarrollo de la industria local, etc. Hay que tener en cuenta la cultura y costumbres local, que en muchos casos impiden dar un no como respuesta y que reuniones que nos pueden haber parecido muy provechosas, en realidad no lo han sido tanto. No hay que abusar del portuñol, la mezcla entre español y portugués, que sin duda facilita la comunicación pero que a veces lleva a importantes confusiones. No se debe dejar uno llevar por la euforia y pensar que vamos a hacer negocios en dos días, sino que hay que ser paciente con los tiempos de Brasil y con su importante burocracia. Nunca se debe dejar abandonado, ni dar la sensación de abandonar, al cliente brasileño, siendo muy recomendable mantener una presencia permanente en este mercado. Es recomendable contar con un socio local, aunque no imprescindible, pero si es imprescindible mucho cuidado con quien nos asociamos, sobre todo por posibles contingencias laborales, pues la empresa conjunta que constituyan (si es el caso) puede llegar a ser responsable solidaria de las obligaciones laborales de su socio. En fin, hay numerosos consejos, que no por obvios en muchos casos, dejan de ser importantes, y a veces son olvidados con muy malas consecuencias.

Quizás la mayor recomendación es recordar que hay dos Oficinas Económicas y Comerciales de España en Brasil (Brasilia y Sao Paulo). Junto con ICEX desarrollamos todo tipo de actividades de promoción (ferias, misiones, campañas sectoriales), ofrecemos información sobre este mercado, tanto general como sectorial, prestamos asistencia personalizada a las empresas (servicios personalizados de ICEX) y un largo etcétera. No deben tener ninguna cautela en acudir a nosotros, estamos para ayudar a las empresas que quieran abordar este mercado.

¿Cree que es posible tener una presencia relevante en el mercado brasileño por la vía de exportaciones o es necesario o recomendable implantarse en el país?

Claro que es posible vender en Brasil sin presencia local, aunque, como se ha ido viendo a lo largo de las respuestas anteriores, es mucho más recomendable tener una presencia estable en el mercado, que además nos va a terminar saliendo a cuenta dadas las grandes dimensiones de este país y la importancia de este mercado. Incluso en ciertos sectores y tipos de negocio esta presencia no sólo es recomendable, sino imprescindible.

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