Félix Solís Ramos es director general Comercial y de Marketing de Félix Solís Avantis. Ocupa este desde abril de 2023 cargo de Director General Comercial y de Marketing, liderando la estrategia global y también forma parte del Consejo de Administración. Previamente, durante casi 22 años, ejerció como director de Exportación, etapa en la que impulsó el crecimiento de la marca en los principales mercados internacionales, reforzando la presencia de los vinos españoles en Europa, América y Asia. Antes de incorporarse a Félix Solís Avantis, desarrolló su carrera en el ámbito de la gran distribución. Entre 1999 y 2001 formó parte del equipo de Carrefour, donde trabajó en el área de Marketing Cliente, adquiriendo una visión estratégica del consumidor y del mercado que después trasladaría al sector vitivinícola. Es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid y cuenta con un MBA por IESE Business School, una de las escuelas de negocios más prestigiosas de Europa.
Félix Solís Avantis ha cerrado 2024 con cifras récord y un crecimiento sostenido. ¿Cuál ha sido la clave para mantener esa tendencia positiva en el contexto global actual?
El año 2024 ha supuesto un punto de inflexión para Félix Solís Avantis, no solo por los resultados —con una facturación de 400 millones de euros (+5,2%) y un crecimiento del beneficio neto del 16%— sino por la solidez y calidad de ese crecimiento en un entorno global muy exigente.
Las claves han sido la diversificación internacional y un modelo de negocio centrado en eficiencia, sostenibilidad e innovación. Hoy más del 60% de nuestra facturación proviene del exterior y en 2024 dimos un paso decisivo con la apertura de nuestra primera bodega en Chile. Esta dimensión global nos permite ser más resilientes y adaptarnos a los cambios de ciclo.
A ello se suma un plan inversor de más de 30 millones de euros para ampliar capacidad, automatizar procesos y reforzar infraestructuras. Y todo ello con un enfoque transversal de sostenibilidad: un 99,6% de la energía que utilizamos ya proviene de fuentes renovables, y seguimos avanzando en reducción de consumo hídrico, eficiencia energética y valorización de residuos.
También hemos sabido responder a nuevas demandas del consumidor, con gamas como Viña Albali 0.0% o referencias innovadoras como Mucho Más. En definitiva, nuestro crecimiento es fruto de una estrategia clara, una estructura ágil y un equipo comprometido con transformar los retos en oportunidades.
En 2024 la compañía dio un paso clave en su internacionalización con la apertura de su primera bodega fuera de España, en Chile. ¿Qué papel juega este nuevo centro en la estrategia global del grupo y cómo refuerza su competitividad internacional?
La apertura de Viña Casa Solís en Chile es un hito estratégico. Por primera vez producimos fuera de España con el objetivo de diversificar orígenes, ampliar nuestro porfolio y ganar flexibilidad operativa en un contexto global tan dinámico.
Chile combina tradición vitivinícola, reconocimiento internacional y condiciones naturales excepcionales. Desde allí elaboramos variedades del hemisferio sur —como Carmenere, Sauvignon Blanc o Chardonnay— que complementan nuestra oferta y nos permiten conectar con nuevos perfiles de consumo.
Con instalaciones de más de 136.000 m² y una capacidad de 30 millones de litros, la bodega integra tecnología de última generación. Tras dos vendimias, los primeros vinos ya han llegado al mercado con muy buena acogida: frescos, definidos y coherentes con nuestros estándares de calidad y sostenibilidad.
A nivel global, esta inversión refuerza nuestra red internacional —11 filiales y presencia en más de 135 países— y consolida nuestra competitividad con una propuesta más diversa y resiliente.
Con presencia en más de 135 países y más del 60 % de la facturación procedente del exterior, ¿qué valor tiene para Félix Solís Avantis el reconocimiento de la Marca España en mercados internacionales?
La Marca España es un activo estratégico. Nos ayuda a abrir puertas en mercados internacionales, generar confianza y proyectar los valores que identifican al vino español: calidad, tradición, innovación y compromiso.
En Félix Solís Avantis exportamos a más de 135 países y contamos con filiales propias en mercados clave como Estados Unidos, China o Reino Unido. En todos ellos, ser embajadores de la Marca España supone transmitir no solo un producto, sino un estilo de vida, una historia y unos valores compartidos.
Cada medalla, cada nuevo mercado en el que operamos o cada proyecto internacional, como la bodega en Chile, es también una forma de dar visibilidad a España y reforzar su prestigio global en el vino.
Félix Solís ha obtenido la distinción a ‘Mejor productor español de vino’ en los International Wine Challenge 2025, con más de 300 medallas. ¿Qué importancia tienen estos galardones para una marca que compite a nivel global?
Los premios internacionales son una herramienta estratégica: refuerzan la credibilidad de nuestros vinos, respaldan la labor de nuestros equipos y nos diferencian en un mercado global muy competitivo.
Hemos sido reconocidos, por dos veces consecutivas, con el premio de ‘Mejor Bodega Española 2025’ en la ‘AWC Vienna-International Wine Challenge’, el certamen vinícola más importante del mundo por número de muestras evaluadas.
En lo que llevamos de 2025, Félix Solís Avantis ha obtenido 318 medallas en concursos nacionales e internacionales, 146 de ellas de oro. Además, la compañía ha sido reconocida en Mundus Vini 2025 con galardones tan significativos como ‘Best of Show Galicia’ para Pulpo Godello 2024, ‘Best of Show Valdepeñas’ para Viña Albali Gran Reserva 2018 o ‘Best of Show Ribera del Duero’ para Condado de Oriza Gran Reserva 2016. Estos resultados avalan la diversidad y excelencia del portafolio del grupo, que cuenta con marcas consolidadas y ampliamente reconocidas en más de 135 países.
Otro ejemplo claro de cómo este reconocimiento se traslada al producto es la gama MUCHO MÁS, uno de los grandes focos de la compañía en 2025. Se trata de un blend elegante y contemporáneo, que combina distintas variedades de uva, y ha cosechado premios como el Gran Oro en ‘Vinalies Internationales’ o medallas de oro en concursos de referencia como ‘Berliner Wine Trophy’ o ‘Frankfurt Trophy’.
Estos éxitos nos demuestran que es posible innovar en estilo, formato y propuesta de consumo sin renunciar a la calidad, y que el mercado valora esa coherencia. Para Félix Solís Avantis, los premios no son un fin en sí mismo, sino un reflejo del esfuerzo constante por ofrecer vinos excelentes, accesibles y adaptados a los nuevos gustos del consumidor global.
La sostenibilidad se ha convertido en un eje estratégico del grupo, con un 99,6% de energía renovable utilizada en 2024. ¿Qué objetivos clave habéis marcado en vuestro nuevo Plan de Sostenibilidad 2024–2027 y cómo lo integráis en la operativa diaria?
La sostenibilidad ya no es una opción, es una obligación. Y para Félix Solís Avantis, además, es un compromiso profundo, tanto ético como empresarial. Con el nuevo Plan de Sostenibilidad 2024–2027, dotado con más de 30 millones de euros solo en este ejercicio, queremos acelerar nuestra transformación hacia un modelo de operación más circular, eficiente y resiliente.
Los objetivos incluyen: avanzar en autonomía energética con el nuevo huerto solar de Valdepeñas; eliminar el vertido de residuos a vertedero; optimizar el uso del agua con sistemas de recirculación; reducir la huella de carbono logística y potenciar la automatización para crecer con menor impacto ambiental.
Todo esto está integrado en la operativa diaria gracias a la creación de un departamento específico de Sostenibilidad y Medio Ambiente, que coordina de forma transversal todas las iniciativas, desde la viña hasta la botella. No se trata solo de cambiar máquinas o materiales: hablamos de una verdadera evolución cultural en la forma de trabajar. Además, lo vinculamos a la innovación en producto: vinos de menor graduación, ecológicos y vinos 0.0% como Viña Albali y Mucho Más, muy bien acogidos en España y en exportación.
En Félix Solís apostamos por un modelo de negocio responsable, a largo plazo, capaz de ofrecer soluciones reales a los desafíos del presente y del futuro.
La innovación se aprecia tanto en la automatización de procesos como en la creación de nuevos productos, como vinos 0.0% o nuevas variedades, ¿Cómo equilibráis tradición e innovación dentro de una marca con raíces familiares?
En Félix Solís Avantis siempre hemos entendido que tradición, innovación, y diversificación de porfolio, no son conceptos opuestos, sino dos pilares que se complementan y refuerzan mutuamente. La experiencia de más de 70 años como bodega familiar nos ha enseñado el valor del trabajo bien hecho, del respeto por la tierra y de la calidad. Esa esencia sigue siendo nuestro punto de partida.
Ese equilibrio se refleja tanto en la forma en que elaboramos el vino como en los productos que lanzamos al mercado. Prestamos especial atención a la diversificación de nuestro porfolio, cuidando variedades emblemáticas como el Tempranillo o la Airén, con técnicas tradicionales y vendimias manuales en muchos casos, pero al mismo tiempo apostamos por uvas como el Godello, por vinos de corte más internacional o por proyectos como los vinos 0.0 %, que nos permiten conectar con nuevos públicos y momentos de consumo.
En paralelo, hemos incorporado tecnología de última generación en nuestras bodegas, con sistemas automatizados que mejoran la eficiencia, reducen los residuos y elevan los estándares de calidad, sin perder el alma del vino. La clave está en no innovar por innovar, sino hacerlo con sentido, sin perder nunca de vista nuestra identidad.
También destacan iniciativas culturales como el Museo del Vino Pagos del Rey, que celebró su décimo aniversario en 2024. ¿Qué rol juega la divulgación cultural en su estrategia de marca y vinculación con el territorio?
Para nosotros, el vino no es solo un producto: es cultura, identidad y territorio. Desde esa convicción nació el Museo del Vino Pagos del Rey, que en 2024 ha cumplido diez años como un referente en la divulgación de la cultura vitivinícola en Castilla y León y en España.
Este proyecto refleja nuestro compromiso con la preservación del legado vitivinícola y con la difusión de sus valores a nuevas generaciones. Nos permite diferenciarnos como marca desde lo auténtico y lo emocional, más allá del producto.
Además, el museo es también una herramienta de arraigo y dinamización territorial. Genera actividad cultural y económica en la zona, teje vínculos con la comunidad local y refuerza el papel de la bodega como motor social. Las exposiciones temporales, los conciertos, las visitas escolares o las catas guiadas son formas de abrir el mundo del vino a públicos muy diversos, y eso es fundamental para garantizar su futuro.
¿Qué retos y oportunidades vislumbráis para el vino español en los próximos años, especialmente en un contexto de demanda más exigente en sostenibilidad, calidad y origen?
El vino español afronta desafíos importantes, como el descenso del consumo en las generaciones más jóvenes, que buscan opciones más ligeras y saludables, o la creciente presión regulatoria y de costes. En este escenario, la sostenibilidad y la diferenciación serán claves.
La oportunidad está en responder con innovación —como los vinos 0.0% o nuevas gamas adaptadas a distintos momentos de consumo— y en reforzar la credibilidad de nuestras marcas mediante calidad, trazabilidad y compromiso ambiental. Hoy ya no basta con hacer un buen vino: hay que demostrar cómo se ha elaborado.
España tiene una diversidad vitivinícola única y empresas capaces de internacionalizarse con éxito. La expansión hacia América Latina, Asia o el norte de Europa abre un camino prometedor para vinos con identidad y buena relación calidad-precio. Pero para consolidar esa presencia es esencial conectar emocionalmente con el consumidor, apoyándonos en la cultura, el enoturismo y proyectos de divulgación que refuercen la vinculación entre vino, territorio y sociedad.